CAPÍTULO
Nº 1
A las siete en
punto de la mañana entró en el edificio del colegio la directora, Teodora
Martínez. Nadie podía imaginarse lo que había ocurrido esa noche en el colegio.
Después de colgar su abrigo en el armario, partió a hacer la ronda por el
edificio. Todas las mañanas abría primero la puerta de la planta baja y luego
la de la primera planta. Era el 26 de octubre, próximo a la fiesta de
Halloween. Acababa justo de pasar por la penúltima clase de la primera planta
cuando se detuvo en seco. Extrañada, arrugó su frente y se tocó el pelo. Con
cuidado pegó la oreja a la puerta. No se había equivocado. De la clase salían
ruidos…
Teodora, que
nunca había sido muy valiente, reunió fuerzas para entrar.
Puso con cuidado
su mano derecha en el tirador de la puerta y con mucha suavidad la empujó.
Podía oír el latido de su propio corazón ¡pum, pum, pum…!
Entró y vio en
el centro del aula como una compuerta que jamás había visto anteriormente.
Trató de recordar la cantidad de veces que había estado en esa misma aula y
nunca había visto nada parecido.
Muy lentamente
inspeccionó el aula. Estaba toda manchada de sangre, desordenada, muebles
rodados, libros por los suelos…
Entre el caos y
el estupor, pudo entreoír un ligero llanto y además como una llamada de socorro
justo debajo de la mesa principal. Se acercó lentamente y vio a Bernardo, su
compañero de matemáticas. Estaba cubierto de sangre, cortes y cicatrices.
Bernardo no
dejaba de señalar la compuerta y finalmente dijo:
_ ¡Por ahí!
señalando la compuerta.
Ambos
horrorizados, decidieron bajar.
Encontraron
muchos pasadizos pero escogieron el primero de ellos para avanzar.
CAPÍTULO
Nº 2 NATASHA
A los lados del
pasadizo colgaban antorchas que iluminaban el camino. Teodora decidió coger una
y su compañero Bernardo la imitó, comenzaron a caminar y a medida que avanzaban
pequeños seres se movían entre sus píes, eran enanitos de color azul - ¿qué es
esto? – Preguntó Bernardo – parecen minipitufos – se les subían por las piernas
haciéndoles muchas cosquillas, y enredándose en ellas, lo hacían tambalearse -
¡Que monos! – Dijo Teodora y acercó su antorcha para verlos más de cerca,
Teodora pensó que era imposible pero ya los había visto antes ¡En el libro de
ciencias!- gritó.
-¡Bernardo!,
¡corre, corre! Estos enanos tienen unos colmillos enormes, te chuparan toda la
sangre, y te convertirán en piedra.
Teodora por
primera vez deseó que su libro de ciencias estuviera equivocado.
Corrieron como
alma que se lleva el diablo buscando una salida a ese pasadizo.
En su huida tan
desesperada, perdieron las antorchas, se tropezaban con los malditos enanos,
los hicieron caer, una y otra vez y algún que otro pegote azul dejaron
estampado en las paredes.
Cuando ya casi
no les quedaba aliento alguno para continuar, Teodora vio una luz a lo lejos, le
grito a Bernardo. – ¡Corre, ya veo la salida!-.
-¿Qué pone ahí
arriba?- gritó Bernardo.
-¡Está muy
lejos, no lo puedo leer!, le dijo Teodora.
Arriba, en lo
alto del túnel, ponía. “Salida del Túnel de la Fantasía”.
CAPÍTULO
Nº 3 ADRIÁN
Teodora y Bernardo
salieron del Túnel de Fantasía, imaginan que les llevará de regreso
a la penúltima clase de la primera planta, donde comenzaron sus
pesadillas.
Después de un
buen rato caminando, Teodora se detiene un segundo, “está temblorosa “,
mira con cara de preocupación a su alrededor. La estatua que tiene a su
izquierda, azul, con forma de diablillo, no es la primera vez que la ve, antes
pasó por delante de una igual.
Teodora dice:
¡Ay!! Bernardo,
creo que estamos en un laberinto.
Bernardo no
contesta, Teodora extrañada se da la vuelta y da un grito,
- ¡AAAHHH!!!!!!,- ve como Bernardo se está poniendo azul, peludo y con los
ojos sangrientos.
Teodora tiene
mucho miedo, pero le mira a los ojos y pregunta;
¿Bernardo que te
está pasando?
Bernardo
mira asustado sus manos peludas, que parecen garras de…, después mira la
cara de terror de Teodora.
Teodora le dice:
- Esto es
culpa de los minipitufos, yo tenía razón, son malignos y peligrosos, te
han contagiado un virus mostrouso.
Teodora una vez
más, mira asustada a Bernardo, y decide salir corriendo, cuando tan solo
había recorrido un metro, se para y piensa, “es mi amigo, no puedo dejarlo
solo”.
Teodora llama a
Bernardo y entre los dos deciden ir en busca de un antídoto.
Unos metros mas adelante,
se encuentran con un cartel que pone:
Si a la derecha
vas, aventuras tendrás y si a la izquierda giras, nunca saldrás de Fantasía.
CAPÍTULO
Nº 4 SABINO
Teodora y
Bernardo no dudaron en dirigirse a la derecha.
Después de
caminar unos cuantos metros divisaron una luz a lo lejos.
Teodora
le dijo a Bernardo con voz temblorosa;
Iremos
con cuidado, pues este silencio no me gusta.
A lo que
Bernardo le contesto;
- Espero que
encontremos una cura para volver a tener mi aspecto, ya que sino me quedaré
soltero.
- ¡Ja ja ja! -
rieron en silencio.
Llegaron a una
caverna enorme, sus paredes desprendían luz propia, y de ellas asomaban todo
tipo de estatuas, unas grandes que de sus ojos desprendían una luz roja y otras
más pequeñas que por sus bocas salían unas llamaradas de fuego continuas.
Cuando habían
visualizado toda la caverna, se dieron cuenta que en la parte más profunda de
ella había un Mago y detrás de él dos puertas de colores.
El Mago les
pedía con sus manos que se acercaran, Teodora y Bernardo se miraron, estaban
sudorosos, aunque con gran temor no dudaron en acercarse.
El Mago una vez
que los tuvo de frente y los había observado de arriba abajo, les preguntó,
- ¿qué
hacéis aquí?, ¿qué queréis?-
- Queremos una
cura para mi amigo- contestó Teodora.
A lo que el Mago
les contesta;
- Si una cura queréis un favor me haréis.-
- ¡Decidme¡ ¡Decidme¡- Dijo Bernardo un poco exaltado.
- Lo que quiero
es deshacerme de esos malditos minipitufos azules, poco a poco se están
acercando a mi caverna y yo no puedo salir de aquí, perdería todos mis
poderes, lo tenéis que hacer por mi.
- ¿Cómo lo
haremos?- Dijo Bernardo, - si son muchos y diabólicos.-
- Yo no quiero
que mi amiga Teodora se contagie de este virus monstruoso.
El Mago muy
tranquilo se dirige hacia ellos y les dice:
- Coged estas
espadas, son pesadas pero tienen una magia interior, con ellas, os será más
fácil eliminarlos.
Teodora y
Bernardo se armaron de valor, retrocedieron el camino recorrido y a mitad
de este ya estaban aquellos malditos minipitufos, más cerca de lo que
esperaban.
Lucharon con
todas sus fuerzas, las espadas una vez que las alzabas desprendían una fuerza
sobrenatural.
Fue una masacre,
cabezas, piernas y brazos azules por todos lados, pero ellos no se rindieron
hasta eliminarlos a todos pues la recompensa lo valía.
Una vez acabado
el trabajo Bernardo y Teodora se dirigieron a la caverna del Mago.
Mientras
caminaban hacia él, Bernardo empezó a sentir un escalofrío por todo el cuerpo.
Su aspecto
empezó a ser el de siempre, estaba emocionado, contento por volver a ser el de
siempre y Teodora no le podía quitar los ojos de encima.
Sin darse cuenta
ya estaban delante del Mago.
Bernardo y
Teodora le comunicaron que ya habían eliminado a todos los minipitufos, a lo
que el Mago asintió con la cabeza y dijo
- Por eso tú,
Bernardo, has vuelto a tener tu aspecto de siempre.
- Seguidamente
El Mago les dijo:
Si queréis salir
de aquí, una de esas dos puertas de colores habréis de elegir.
CAPÍTULO
Nº 5 ADRIANA
La primera de
las puertas, la de color verde con un trébol de cuatro hojas. Y la otra
era amarilla con un inmenso trece. Y un cartel donde decía “Las apariencias
engañan”.
Teodora y
Bernardo se miraron extrañados y se dijeron, ahora cuál elegimos para salir de
esta pesadilla.
Teodora dijo –
tenemos que resolver este enigma ¿pero cómo? Y Bernardo pensó en voz alta, - si
el trébol ha sido siempre un símbolo mágico protector y de buena suerte…y
el trece según los Maya, para atraer la mala suerte, casi la muerte…,” es
difícil la elección”. Teniendo en cuenta lo que dice el cartel.
Entonces los dos
dijeron a la vez: ¡que lo decida el azar!
Teodora dijo –
si es cara, la verde. Bernardo – a sintió.
Cuando se
disponían a lanzar la moneda al aire, los dos se miraron esperando que la
suerte estuviera de su lado y Teodora dijo –espero que esta aventura se termine
aquí.
Y se hizo el
silencio como si de una tumba se tratase y de repente plas…! el sonido de la
moneda chocando con el suelo, su destino estaba decidido.
Había salido
cara, entonces Bernardo agarro el pomo de la puerta y los giro un poco, le hizo
falta un poco de fuerza, para poder abrirla, ya que llevaba demasiado tiempo
sin usarse, su chirriante sonido era ensordecedor. Y se abrió, les
envolvió un aire fresco venia de una especie de jardín lleno de plantas.
Un pajarillo los recibió revoloteándoles sobre sus cabezas.
Teodora dijo –
que paisaje más hermoso pero no hemos llegado a la clase, tal vez esté detrás
de este camino. Y Bernardo asintió con la cabeza. Y dijo – Abrá que
descubrirlo.
Y se pusieron en
marcha.
Había plantas
muy parecidas a las que ella antes había visto, en su libro de ciencias.
Al caminar por
una especie de sendero lleno de piedras de diversos colores, se dieron cuenta
de que aquel pajarillo que los había recibido al entrar, los seguía, cuando de
repente zass…!
Una de las
plantas exóticas que Teodora había reconocido de su libro de ciencias parecía
como si creciera por momentos y de su tallo salían una ramificaciones
como brazos, y repente una de estas, atrapo al pájaro y este desapareció.
Los dos
dijeron - corre, corre, son plantas carnívoras, tenemos que encontrar la
salida.
Corrían sin
mirar a otras plantas por miedo que les pasara lo mismo.
Avanzaron mucho
pero parecía como si siempre volvieran al mismo sitio. En una de las zonas
donde había menos vegetación se pararon. Y recuperando el aliento, bajo
sus pies sintieron que algo les impulsaba hacia abajo eran arenas movedizas,
que lentamente los estaban……………………………
CAPÍTULO
Nº 6 EYERUS
Mientras todo
esto ocurría, en el colegio empezaba una nueva jornada escolar.
Ese día no había
clase en “el aula encantada”, pero dos hermanos, que pasaban cerca, escucharon
los ruidos de su interior.
Bereguet y
Lomesgana decidieron entrar, a pesar de que estaban algo asustados.
Al abrir la
puerta del aula vieron la extraña compuerta que nunca antes habían observado.
Estaba medio abierta, así que, sin más, la traspasaron.
Una vez en su
interior, los extraños ruidos continuaban…
- Bereguet, ¿a ti no te parece esto muy raro? – preguntó Lomesgana.
- Sí, Lomesgana, pero continuemos a ver adónde nos lleva.
- De acuerdo. ¡Parece que estemos en uno de nuestros videojuegos! ¡Es muy
emocionante!
Los dos hermanos
recorrieron el estrecho pasillo que finalmente los condujo al lugar en el que
estaban atrapados la directora y el profesor de matemáticas.
- ¡Socorro, ayuda!- gritaban Teodora y Bernardo.
¡Qué alivio
sintieron cuando vieron aparecer a los dos muchachos!
Bereguet y
Lomesgana, asombrados ante la visión de sus profesores hundidos en una especie
de pantano, se dirigieron rápidamente para ayudarlos.
-No podemos
acercarnos demasiado a ellos, pues acabaríamos igualmente tragados por las
arenas movedizas. Necesitamos algo para que se sujeten- sugirió Lomesgana.
Así que los dos
chicos empezaron a buscar entre el jardín algún palo. Al cabo de unos minutos,
Bereguet encontró uno lo suficientemente largo y ancho para sujetar a los
profesores.
Tras conseguir
sacarlos, las preguntas de los chicos se sucedieron sin parar, aún sorprendidos
por todo lo acontecido.
Los
profesores, intentando recobrar el aliento y superar el susto, no eran
capaces de articular palabra,-¿estaremos soñando?-pensaban ambos sin dar
crédito a todo lo vivido.
Mientras
intentaban recuperarse, apareció una figura angelical con rostro infantil que
les propuso un nuevo reto para salir de aquel lugar:
-Si de aquí
queréis salir otra puerta debéis elegir- dijo el ángel señalando dos nuevas
puertas, de colores rosa y rojo y desapareciendo a continuación.
- ¡Esto debe de
ser una pesadilla!-exclamó la directora-Voy a cerrar los ojos y contar hasta
diez a ver si desaparece.
1, 2, 3…
Pero no fue así,
y cuando abrió los ojos observó como ya los chicos y Bernardo estaban
discutiendo sobre qué puerta elegir.
Lomesgana
sugería la rosa, creía que el rojo iba ligado al mal, mientras que Bernardo y
Bereget pensaban que el rosa suponía seguir la fantasía.
Así que,
finalmente, deciden echarlo nuevamente a cara o cruz, de forma que si sale cara
abrirán la puerta rosa.
Tras lanzar la
moneda, y cuando ya se disponían a abrir la puerta roja surgió de esta un
duendecillo que no paraba de bailar como un loco y de gritar ¡me habéis
liberado!...
CAPÍTULO
Nº 7 JORGE
El duende les
pregunta que si querían salir de aquel infierno, ellos asintieron sin mirar
atrás, pero el duende les dijo:
-Si de aquí
queréis salir por aquí deberéis seguir, pero si el misterio queréis descubrir
otra puerta tendréis que elegir-.
Teodora y los
demás escogen la puerta que el duende les indicó, llegaron a la entrada de la
compuerta donde todo empezó, allí se encuentran con Alba la curiosa, los cinco
le preguntaron que cómo había llegado hasta ahí y ella a su vez les
pregunto qué hacían en aquel extraño lugar, Bernardo le explicó lo ocurrido.
Recordando lo
que les dijo el duende, decidieron escoger otra de las tres puertas iniciales
para resolver el misterio de “La clase encantada”, podían escoger una con una
calavera o una con un corazón, entonces recordaron lo que les dijo el mago “Las
apariencias engañan” así que decidieron escoger la de la calavera.
Llegaron a una
llanura con un solo árbol, era un peral, pero era un peral encantado.
-¡Habla! - grito
Alba.
Los cinco
huyeron despavoridos cuando de repente el peral les lanza una de sus veintidós
peras somníferas. Los cinco cayeron en un profundo sueño; Teodora sueña con
salir de ese tenebroso lugar, Bernardo con operaciones como de costumbre, los
dos hermanos con vivir más aventuras, y Alba con que Bernardo no marque más
divisiones difíciles.
Al despertar
estaban en un pasillo ensangrentado hasta los topes, vieron cadáveres
petrificados y se encontraron con muchas serpientes. Teodora y los niños se
dieron cuenta de que era la mitológica Medusa (quien con apariencia de sirena y
serpientes por pelo, tenía el poder de convertir en piedra a todo aquel que se
atreviera a mirarla) la cual la habían visto en su libro de ciencias, tuvieron
que correr durante media hora. Los cinco estaban muertos de cansancio, cuando
de repente, Alba mira para atrás y se convierte en piedra. Teodora y las
hermanas consiguen transportar a Alba hasta el final del túnel, donde había una
de las serpientes de medusa que les hizo la promesa de ayudar a Alba si ellos
la devolvían con su ama Medusa. Teodora le dijo que era imposible porque medusa
los petrificaría, la serpiente les dijo si os ponéis estas gafas mágicas no os
podrá petrificar. Los seis volvieron hasta donde estaba Medusa y devolvieron a
la serpiente con su ama, Alba volvió a ser normal y los cinco siguieron su
camino y se encontraron con dos puertas más, una de color dorado y otra de
color negro. De nuevo lanzaron una moneda al aire de modo que si salía cara
irían por la puerta dorada y salió…
CAPÍTULO
Nº 8 GUILLE
¡CRUZ ……
Jooh…!la puerta NEGRA…!
Sin decir nada,
todos pensaron: “No puede ser peor que todo lo que hemos pasado ya…..”.
- Todos detrás
de mí…. Y con cuidado… - dijo Teodora.
Nada más abrir
la puerta se quedaron boquiabiertos. No podían dar crédito a lo que veían…
El paisaje
enfrente de ellos era alucinante, a un lado se divisaba numerosas casas,
chozas, muchas de ellas iluminadas de forma rudimentaria, con antorchas y
velas, y al otro lado se extendían grandes llanuras con numerosos árboles y un
precioso río, nada caudaloso, del cuál se aprovecharon todos para beber.
Teodora hizo un
gesto y todos se detuvieron en seco.
- Yo la probaré
primero, quiero comprobar si es potable.
Introdujo las
dos manos en el río y las llenó de agua, bebió un sorbo y dijo: “ ¡Está
estupenda ….!
Y todos se
apresuraron a beber también.
Tras saciar su
sed, decidieron emprender la marcha hacia el enorme poblado por un sendero que
parecía haber sido transitado anteriormente.
Se respiraba
tranquilidad en el ambiente, y eso, al menos, transmitía al grupo la certeza de
que al menos esta vez habian tenido suerte en la elección de la última puerta
que habían cruzado.
De repente un
ruido rompió el silencio reinante, todos se miraron unos a otros tratando de
averiguar de dónde provenia…
- ¿Qué es ese
sonido? – preguntó Bernardo…
- No sé
exactamente – respondió Teodora – no sabría decirlo, pero se trata de un sonido
un tanto familiar para mí…
- ¡Mirad,- gritó
Lomesgana, allí …. Es una caravana de camellos…
Teodora
agitó en alto sus brazos a la vez que gritaba -“Eooooo… Aquíííí …”
El hombre que
montaba el primer camello giró su cabeza y vió a nuestros amigos. Hizo un gesto
hacia otro, que caminaba a su lado a pie y que llevaba el camello con una
especie de correa, y la comitiva se detuvo.
Teodora y los
demás corrieron, llegando justo hasta la caravana de camellos.
- ¡ Qué gente
más extraña¡- dijo Bereguet, no debemos fiarnos de ellos …
- Debemos estar
en África o en alguna parte de Oriente, he visto esas vestimentas en mi
libro de Ciencias … dijo Teodora, quien tomando la iniciativa dijo:
- ¡Hola, somos
amigos … ¿Hablan nuestro idioma?-
- Por supuesto…
contestó uno de los hombres que montaban en camello. Se trataba de un señor
mayor, pelirrojo, llevaba un turbante en su cabeza y tenía una poblada barba
que llevaba tiempo sin cortarse.
- Me llamo
Gaspár- dijo, - y estos son mis amigos Melchor y Baltasar… ¿quiénes sois
vosotros?, ¿de dónde habéis sacado esas ropas tan extrañas?, ¿de qué aldea
venís?-
Teodora exaltada
por lo que estaba viendo y por lo que sus oídos acababan de escuchar, mirando a
sus amigos les dijo en voz baja: - ¡Se trata nada más y nada menos que de Los
Reyes Magos…!
- Verá Señor
Gaspár, mi nombre es Teodora, y estos son Bernardo, los hermanos Bereguet y
Lomesgana y la pequeña se llama Alba. Lo que nos ha ocurrido tiene una muy
difícil explicación, pero si nos dan ocasión, estaremos encantados de
contárselo a ustedes…
- Nos dirjimos a
Belén, pero esta noche dormiremos en esa aldea de allí llamada Nazaret – dijo
Melchor – Estaríamos encantados de que fueráis nuestros huéspedes y así poder
escuchar esa maravillosa historia vuestra… ¿Qué dices tú amigo Baltasar?, ¿Los
llevamos con nosotros?
- Por supuesto-
contestó con voz grave un enorme Señor de raza negra, cuyo aspecto era de una
mezcla de fortaleza y elegancia a partes iguales.
Bernardo le
susurró a Teodora: - Nunca he echado en falta tanto mi móvil como en este
momento… nadie nos va a creer cuando lo contemos ….
Los cinco
montaron a lomos de los camellos, no sin la ayuda de los hombres que iban a
pie, que obligaron a los animales a doblar su patas y sentarse en el suelo para
que nuestros amigos pudieran subir con más facilidad, sobre unos fardos
cargados de mercaderías.
Una vez
acomodados, el grupo al completo puso rumbo a Nazaret
CAPÍTULO Nº 9 YEROVER
Para llegar a Nazaret, tenían que seguir a una estrella por el camino.
Cuando llegaron al pueblo de Nazaret vieron muchos
mercadillos de fruta, verdura, sábanas, alfombras, etc.
Melchor tenía un amigo allí, les dejó dejar los camellos con la mercadería
en su establo, y a ellos los dejó dormir en su casa.
Él se llama Alberto y tiene una mujer y un hijo que se llaman Moria y
René. Al siguiente día se despertaron, se prepararon y cogieron los
camellos para continuar su camino, pero antes de irse se despidieron de
ellos.
-¡Tardaron tres días en llegar a Belén!
Allí, los Reyes Magos tenían que entregar unas ofrendas al anochecer al
niño Jesús, y a su vez les acompañaron Bernardo, Teodora, Lomesgana, Bereguet y
Alba.
Los tres reyes se quedaron en Belén, acompañando al niño Jesús, y los
demás continuarían el camino.
Antes de marchar se dieron cuenta que detrás del pesebre habían dos
puertas. Una con una gran campana negra y la otra una estrella, otra vez lo
decidieron a cara o cruz, lanzaron la moneda de modo que si salía cara sería la
puerta de la estrella y si salía cruz pues la puerta de la gran campana negra,
tiraron la moneda y salió cara, ¡bien la estrella! exclamaron los cinco,
ya que a todos les parecía mejor la puerta de la estrella.
Tras pasar la puerta notaron como si hubiesen sido transportados en el
tiempo.
Llegaron a un lugar donde ya no existía el mal, todo era bueno,
divertido, las personas se trataban entre ellas muy bien, les parecía un lugar
mágico, ya que era difícil encontrar un lugar donde las personas se comportaran
así.
Una de las personas que allí vivía se acercó a ellos y les preguntó quienes
eran, y cual era la causa por la que estaban tan sorprendidos, ellos le
contestaron que de dónde venían, la gente solían tener conflictos, y a veces no
eran tan buenas como aquí.
Como ya se acercaba la noche, y no conocían a nadie le preguntaron al señor
donde podían alojarse. Como era un lugar donde la gente era muy amable, pues el
señor que se llamaba Jacobo les ofreció cobijo en su casa. Al llegar a la casa
de Jacobo, se fijaron que detrás de la casa había una luz muy intensa.
Cuando terminaron de cenar, la curiosidad les hizo ir a mirar que era lo
que tanto alumbraba. Una vez cerca de esa luz tan intensa, pudieron ver que era
una lámpara muy extraña con una forma nunca jamás vista, se quedaron perplejos
ya que a lo que iluminaba esa lámpara era a una flor muy bonita.
Iban a tocarla, pero antes de que lo hicieran llegó Jacobo y les grito
¡quietos ¡ no la toquéis es una flor muy especial, es la flor de la bondad,
gracias a ella este lugar es como ustedes ven, si la tocan pierde su
fuerza y entonces el pueblo se convierte en un pueblo como el vuestro, sin
amor, sin ayuda a los demás, y sería el caos.
Curiosos con esa flor, le preguntaron a Jacobo que si podrían conseguir una
flor igual para llevársela ellos a su mundo, pero les contesto que eso no podía
ser, ya que era la única que existe.
Ellos se quedaron tristes ya que les
gustaría poder llevarla para que su mundo fuera igual de bueno que este.
CAPÍTULO
Nº 10 NEREA
Volvieron a la
casa, se despidieron de Jacobo y fueron a una habitación que la mujer de Jacobo
les había preparado.
Dormían
plácidamente por el cansancio y la locura de lo ocurrido hasta que despuntando
el alba les despertó un gran albedrío. Con una patada abrieron la puerta, se
quedó colgando de una sola bisagra, los cinco se sobresaltaron y dando un
brinco se quedaron sentados en la cama, con el corazón saliéndose de la
boca.
Jacobo entró
como una exhalación dando voces. ¡¡¡ Levantad ya, lo pagareis!!! Gritaba
sin parar. Casi sin poder ni vestirse y a empujones los sacaron a la calle,
donde los esperaba mucha gente, vamos, todo el pueblo.
Gritaban
insultos, que les hicieran esto, que les cortaran lo otro, no entendían nada y
cuanto más preguntaban más cosas les decían. Portaban palos, horcas y otros
objetos que mejor no pensar que se podrían hacer con ellos.
A trompicones
los llevaron a los cinco a la plaza del pueblo, Teodora y Bernardo tapaban como
podían los golpes y empujones que la muchedumbre les lanzaba, a ellos y sobre
todo, a los muchachos.
Por fin Bernardo
reunió un poco de valor y se enfrentó al gentío, ¡¡¡ Por qué nos hacéis esto,
no os hemos hecho nada, escuchad un momento!!! A lo que le contestaron dándole
un puñetazo en la cara y el pobre Bernardo dio con sus huesos en el suelo. De
un puntapié Jacobo que iba detrás lo levantó y siguió empujándolos.
En medio de la
plaza la gente había dejado un claro al cual dirigían a los cinco.
Teodora y
Bernardo por los flancos, dejando a los muchachos que lloraban
desconsoladamente en el centro, llegaron por fin al centro la plaza.
Jacobo salió de
entre la muchedumbre enfurecida y con voz amenazante dijo:
-Por qué nos
pagáis así, ¿no nos hemos portado bien con vosotros?
Teodora
respondió con voz temblorosa:
-No sabemos qué
ha pasado, de verdad, si nos cuentas algo podremos llegar a la solución, estas
no son maneras y menos a los muchachos.
Jacobo dijo:
-Alguno de
vosotros o de esos niñatos habéis intentado llevaros la flor que nos protegía,
y tal como os dije ayer, la habéis destruido.
Bernardo dio un
paso adelante y con voz altiva dijo:
-Ninguno de
nosotros hemos hecho nada, y mirando a los muchachos añadió, -verdad muchachos,
decídselo a todos ¿verdad que no habéis hecho eso?.
Lomesgana
palideció entre sollozos en ese mismo instante. Como decírselo a todos que fue
con buena intención, pensó para sí misma. Como contarlo sin que toda esta gente
no nos apaleen en este momento. Lloraba y lloraba pero no se podía ni mover del
miedo que paralizaba su cuerpo.
De repente Alba
dio un grito de horror que recorrió el cuerpo de todos los asistentes en la
plaza. Una piedra había alcanzado la cabeza de Beregut, el cual había caído
como un saco de papas al suelo, inconsciente. Teodora corrió como un rayo a
recogerlo en lo que la plaza se hizo un silencio total cuando por harte de
magia apareció en lo alto de las cinco una luz muy brillante que
fue descendiendo y envolviendo a los asustados extranjeros.
Todo fue muy
rápido, la luz era cegadora, pero a su vez cálida y calmada, los cuatro se
miraban entre ellos atónitos de la nueva situación pero temerosos de donde
estarían nuevamente. Realmente no estaban en ningún lado puesto que parecía que
estuvieran suspendidos en el aire pero pisaban un suelo invisible.
Poco a poco
Bereguet fue recobrando la consciencia y empezaron a preguntarse entre ellos
que es lo que había sucedido, todos no, había alguien que se había separado un
poco del grupo y de rodillas decía sin parar:
-Fue sin querer,
Fue sin querer, yo no quería.
Alba se acercó a
Lomesgana y le preguntó sin miramientos:
-por qué dices
eso, que has hecho, cuéntanoslo ya.
Bernardo
intermedio entre los dos y añadió:
-Vamos a
tranquilizarnos un poco y sopesar la situación.
Teodora se
acercó a Lomesgana y le dijo con voz tranquilizadora:
-Me imagino que
has tenido algo que ver pero lo hecho, hecho está, solo te pido que para la
próxima vez espero que te estés quietecita o de lo contrario te pondré a barrer
todo el colegio con un cepillo de dientes. Todos dibujaron una sonrisa en la
boca. De repente una voz resonó en el espacio diciendo:
– De lo hecho ya lo pagareis, de momento pasar por esa puerta.
En ese instante apareció una puerta.
Capítulo Nº 11
Malena
Teodora,
Bernardo, Bereguet, Alba y Lomesgana atravesaron la puerta. Cuando se vieron a
salvo en un lugar insólito por la belleza que les rodeaba, no daban
crédito. Aquello era un paraíso de belleza tal que parecía de cuento.
De repente del
bolsillo del pantalón de Lomesgana se oyó una voz.
-¡Tengo sed,
tengo sed!
Todos miraron a
su alrededor pero no acertaban a entender lo habían oído. Lomesgana callaba.
La directora,
Teodora, al verla sigilosa le preguntó:
-¿Qué pasa
Lomesgana?
Lomesgana estaba
asustada no dando crédito al susurro de voz que salía de su bolsillo:
-¡Tengo sed,
tengo sed!
Bernardo dijo:
-¡Esa voz sale
de tú pantalón Lomesgana!
Ésta se desplomó
y sacando la flor que protegía al pueblo de Jacobo, se la mostró al resto.
La flor estaba
como arrugada. Necesitaba agua para que volviese a ser como antes.
De repente,
Bereguet y Alba, a la vez apuntaron:
¡Allí, allí hay
una fuente!
Teodora y
Bernardo apremiaron al resto del grupo para con rapidez acercarse a la fuente y
así devolver a la vida a aquella flor que estaba sedienta y con riesgo de
marchitarse para siempre.
Al llegar a la
fuente, una niebla que parecía celestial la envolvía, así como al entorno. Era
como un rayo de luz irresistible que perturbaba los ojos de todos.
Un pajarillo
posado en una piedra junto al agua, en lugar de trinar, hablaba y de su pico se
oía:
¡Esta es la
fuente de la vida y del amor…y todo aquel que beba de su agua se convertirá en
una persona mejor!
Teodora,
Bernardo, Bereguet, Alba y Lomesgana quedaron impresionadas y, en lugar se ser
ellos los primeros en beber, recordaron que quien más necesitada era la flor
que se habían llevado y que estaba muy mustia.
Lomesgana, con
un cuidado especial la extrajo de su bolsillo y, cuidadosamente, sujetada por
su mano, la introdujo en la pequeña corriente de agua que manaba de la fuente.
La flor, al
contacto con el líquido elemento, volvió a la vida en segundos, recobrando la
belleza que portaba cuando Lomesgana la había robado y dijo:
-¡Soy la flor
del amor y la bondad!
Fue cuando
Teodora, apuntando a Lomesgana le dijo:
-¡Vas a limpiar
todo el colegio con un cepillo de dientes por ladrona!
Bernardo
intervino urgentemente:
-¡Tampoco se
trata de eso Teodora. Si tenemos la flor del amor con nosotros, aún Lomesgana
está a tiempo de reponerla en su sitio y así evitará el castigo al pueblo de
Jacobo!
Bereguet y Alba,
miraban a todas partes. Norte, Sur, Este y Oeste…pero no encontraban la puerta
por la que habían entrado a aquel paraíso, dando la voz de alerta:
-¡La puerta ha
desaparecido!... ¿y ahora qué haremos?
¿Será este el
castigo que nos anunciaba la voz antes de entrar por ella? ¿Será que quieren
que nos quedemos aquí para siempre? Y Alba dijo:
¡Pero si esto no
tiene forma de castigo porque estamos en un paraíso!
Teodora daba la
razón a los chicos pero fue cuando Bernardo exclamó de repente:
-¡Anda si el
paraíso se ha convertido en un infierno! ¡Fijaros en la fuente!
De la fuente
brotaba agua rojiza, con vapores que parecían nubes. De los árboles colgaban
telas de araña. En el aire volaban aves enormes que parecían monstruos…
Todos estaban
asustados menos Lomesgana que con su flor en la mano veía como relucía como si
fuese un diamante.
Fue cuando el
pajarillo de la piedra volvió a escena y posándose en la mano de Lomesgana
trinó con voz humana:
-¡Lomesgana deberá
arrepentirse de lo que hizo y la puerta aparecerá. Será entonces cuando podréis
volver al pueblo de Jacobo!
Entre sollozos,
Lomesgana, articulaba palabritas de arrepentimiento, soltando por sus ojos unas
lágrimas de dolor por el mal que había hecho. Cuando la primera lágrima tocó el
suelo, la puerta apareció…
Salieron los
cinco por ella y se encontraron ante un pueblo lleno de humo a su
alrededor y fuego saliendo de algunas casas. Parecía como si el mal se hubiese
apoderado del entorno. Gente corriendo, cristales de tiendas rotos, peleas,
gritos…
Bernardo dijo:
-Lomesgana, ¿De
dónde cogiste la flor?
Hay que
reponerla en su lugar de origen urgentemente para que el pueblo vuelva a ser el
pueblo del amor y la bondad.
¡Vamos!...
Capítulo Nº 12
Lisette
En medio de
tanto humo y fuego, Bernardo divisó a lo lejos un resplandor que salía del
suelo, todos corrieron hacia la luz. Al llegar se encontraron con un enorme
agujero en el suelo. Berequet
grito:
-¡Vamos, corred todos, tenemos que
saltar!
Todos en orden fueron saltando, Bernardo esperó al final para saltar. El
agujero no tenía mucha altura pero aun así se dieron un buen
culazo.
Unos a otro se miraron y empezaron a reírse. Teodora
dijo: -¡Chicos,
mirad!
Estaban en un pasillo, la oscuridad
era tan grande que no se veía el final, pero ellos sabían que tenían que tener
valor y regresar la preciosa flor. Caminado con miedo llegaron al final y no
encontraron salida, solo tenían dos
puertas.
Al abrir la primera que era de madera vieja, se llevaron un susto enorme, había
un hombre sentado, era muy viejo y con una barba larga y blanca y solo estaba
alumbrado por unas velas.
Se acercaron hasta él y notaron que
irradiaba paz y sabiduría.
Dijo el hombre:
-No tengan temor inician un camino, tienen una misión por cumplir, usen su
inteligencia, su fuerza y sobre todo tengan valor y verán que al final la flor
llegara a su destino.
Teodora fue decidida hacia la
siguiente puerta, era distinta de todas las que habían visto hasta ahora. Era
brillante, estaba llena de purpurina y lentejuelas y desde fuera podían oír
mucho ruido, parecían
tambores.
Alba dijo:-¡Rápido entremos me gusta esta puerta, creo
que detrás encontraremos mucha
alegría!
La decidida niña abrió y cual fue su sorpresa, todo era luz, color, música y
mucha alegría.
Teodora rápidamente dijo:-¡Esto es
el carnaval sin ninguna duda!
Todos se quedaron mirándola como queriendo
saber más. Ella empezó a contarles de que se trataba esa
fiesta.
Empezaron a caminar entre la
multitud, todo el mundo iba vestido con alegres y coloridos trajes llenos de
lentejuelas, todo era brillo y
color.
Teodora, Bernardo y los niños fueron avanzando entre los payasos, princesas,
piratas……
De repente Bernardo paró en
seco y
dijo: -¡Mirad
allí. Qué mujer más hermosa parece una reina! Y dijo
Teodora: -
¡Si ella es, es la reina del carnaval ¡ Todos caminaron hacia ella,
era hermosa y su vestido también, medía mucho y también se veía que era muy
pesado, brillaba más que ningún otro, realmente
increíble. Una
vez delante de ella se presentaron y le contaron a la bella reina como habían
llegado allí y cual era la misión que les traía de cabeza.
Capítulo Nº 13
Iratxe
La reina del
carnaval se llamaba Laura, les llevó a un sitio en donde se celebraban muchas
actuaciones sobre el carnaval.
Entre esas
actuaciones estaban, el concurso de murgas, el concurso de mascotas
disfrazadas, también nos dio la sorpresa de presentarnos a una niña que se
llamaba Sofía, era la reina del carnaval infantil, estábamos con las dos reinas
del carnaval en el escenario. Era una sensación extraordinaria, Teodora le
preguntó por la hermosa flor a Bernardo.
-No tengo la
flor, me he despistado con la emoción de estar con las dos reinas.
Teodora dijo:
-Hay que encontrarla, ¡ayudadme rápidamente! Laura y Sofía se pusieron a buscar
la flor con todos nosotros. Había muchas mascaritas de todos los colores y
muchos de ellos disfrazados de flor, estábamos tristes y asustados porque
teníamos miedo a no poder encontrarla y terminar con la misión de salvar aquel
pobre pueblecillo que estaba en nuestras manos. Había una señora disfrazada de
gitana con una flor en la cabeza muy parecida a la nuestra, era de todos los
colores y tan bonita que le brillaba en la cabeza, Bernardo fue corriendo hacia
Teodora a decirle que mirara aquella señora. Bernardo y Teodora fueron
corriendo hacia ella, al llegar vieron que no era la flor verdadera, pero muy
parecida hasta en lo que brillaba. No servía para culminar la misión. Entonces
cuando todo el mundo estaba triste apareció un señor vestido de payaso de entre
la multitud, y les dijo que tenía algo que él creía que les iba a poner contentos.
- ¡La
flor! exclamó Bernardo.
- ¡Por favor!
Exclamó Teodora, si, si la he encontrado en la escalera del escenario. Gracias,
gracias decían todos y la felicidad se les veía en las caras, estaban contentos
y felices porque ya podían terminar con la misión. Las dos reinas iban a
enseñarles un atajo para llevar la flor a su destino. Y llegaron al
pueblecillo. El atajo que usaron estaba lleno de todas clases de animales
incluso algunos eran salvajes, de los cuales tenían que esconderse.
- Pasar por allí fue una aventura divertida
y arriesgada, pero estábamos dispuestos a cualquier cosa con tal de llevar la
flor a su destino y poder salvar al pueblo – dijeron.
Capítulo Nº.14
Guayasen
Y cuando llegaron les resultó muy difícil entrar en la casa donde estaba la
flor, cuando salieron vieron al pueblo sin guerras y en paz .Los del pueblo le
enseñaron dos caminos por donde volver al colegio. Estaba el camino azul y el
rojo y lo eligieron a cara o a cruz, cara era el camino rojo y cruz el camino
azul. Lanzaron la moneda y salió cara, fueron por el camino rojo y les llevó a
un jardín muy bonito. Se encontraron con un viejo sabio y les preguntó -¿Qué
hacéis por aquí? y ellos le contaron la historia de lo que les había pasado y
como le dio lástima, les dio para elegir una de las dos pulseras mágicas. Cada
pulsera les transportaba a un sitio distinto y eligieron la lila y los llevó a
una finca abandonada y había una persona que los perseguía. Ellos se echaron a
correr del miedo que les dio y el hombre les dijo- no os haré daño-
Ellos siguieron corriendo hasta llegar a otro mundo y se quedaron
impresionados Teodora preguntó -¿cómo pasamos de un mundo a otro? y contestó
Bernardo -no lo sé, porque la verdad nunca había visto nada tan impresionante
como lo que estoy viendo ahora mismo.- luego dijo Bereguet -ya sé, tengo una
idea- contestaron los demás -¿Cuál?- Dijo Bereguet. -Podemos buscar a un mago
para que nos saque de este mundo en el que nos hemos metido- y para los demás
fue una buena idea. Entonces salieron en busca de un mago, fue muy complicado
encontrar alguno porque ellos no conocían ese mundo. Finalmente de tanto buscar
dieron con uno, pero ese mago les propuso un reto a cambio de sacarlos de allí.
Entre ellos dijeron que si porque era la única oportunidad que tenía para salir
de ese mundo Lomesgana preguntó -¿y cuál es el reto?- Y el mago respondió -que
uno de vosotros haga una carrera conmigo- Dijo Alba -yo me ofrezco voluntaria-
pues finalmente hicieron la carrera y la ganó Alba, entonces el mago cumplió lo
que les había prometido que era sacarlos de ese mundo…
Capítulo Nº.15 Pedro
Según salieron de la finca abandonada Teodora exclamó -¿dónde estamos?-
no sé pero el colegio no es seguro, entonces dijo Alba -ese
maldito mago nos ha engañado- pero Bernardo sugirió que siguiéramos
caminando y al rato encontraron dos ventanas, una con un 1 otra con un
2 así que hicieron cara o cruz; cara para la 2 y cruz para la
1 y salió… cara. Así que pasaron por la ventana 2 que les llevó al mundo del
futuro. Bernardo dijo -¡Qué pasada!, había de todo, coches volando y no
había autopista sino aeropista, bueno todos se quedaron con la boca
abierta. Alba dijo -¡vamos ya! que tenemos que intentar llegar al
colegio. Pues se pusieron en marcha, pero Alba se paró en seco y
dijo –oye, ese no es el colegio del futuro-, así que entraron. Iban
caminando y Bernardo se cayó dentro de un pozo que resultó ser un túnel
para viajar de mundo en mundo. Preocupados se metieron todos y les
llevó al mundo fantasía. Era demasiado raro, había personas con 5 brazos.
En ese momento dice Alba -claro por eso se llama el mundo de la fantasía-
pero siguieron de largo. Había casas del revés, Teodora
se quedó asombrada. Siguieron caminando a ver si salían ya.
Es que no se querían encontrar con más sorpresitas.
Pero hubo otra sorpresa. Un vampiro pero era vegetariano. Así que
hicieron un pacto con el vampiro, Teodora le hacía una ensalada y él les sacaba
de aquel mundo de la fantasía
Y al final salieron de aquel mundo.
Capítulo Nº.16 Giovanni
Al día siguiente después de descansar y recuperarse de todo lo que habían
vivido, decidieron seguir investigando lo que estaba sucediendo en la compuerta
de la clase; la sorpresa es que todo había vuelto a la normalidad y la clase y
el colegio era lo que había sido siempre, un lugar tranquilo.
Entonces deciden irse de excursión para que los niños se recuperasen de lo
vivido en el colegio, y olvidar aquello mundos de fantasía y miedos.
La excusión fue a un hotelito rural perdido en un campo muy lejano, donde
había un silencio y una tranquilidad idónea para el momento.
Pero no sabéis lo que iba a ocurrir……
El primer día cuando van a la cena, Alba, Bereguet y Lomesgana se van al
baño para lavarse las manos y asearse un poco, pues han estado jugando todo el
día y sus manos eran marrones de la tierra.
Su sorpresa fue que en un lugar del baño había una compuerta idéntica a la
de la clase, ellos asustados salen corriendo en busca de Teodora y Bernardo.
Pero ellos ya no estaban, todo era muy extraño ya que estaban solos, y con la
compuerta cerca de ellos.
Alba que era la más curiosa, convence a los hermanos Bereguet y Lomesgana
para entrar en la compuerta y ver si allí era donde estaban sus
profesores.
Tocan la puerta y sale un hada mágica llamada Brillito, se dieron cuenta
enseguida que Brillito era un hada muy buena. Ella era quien les iba a
ayudar a encontrar a sus profes.
-¡Hola! Mi nombre es Alba, estos son Bereguet y Lomesgana estamos
buscando a nuestros profesores, no sabemos donde se han metido-
- Vale no os preocupéis yo los ayudares a encontrarlo, seguidme-
Esta vez deciden ir por el tercer pasadizo; por ahora todo estaba
tranquilo, Brillito les servía de luz, pues estaba todo muy oscuro.
Alba, le pregunta-¿Brillito que haces aquí sola?,
- No estoy sola mi familia y amigos están al final del pasadizo, yo he
venido a ayudaros.
A mitad del pasadizo dos puertas, en una de ellas había un duende muy
burlón, y en la otra un búho dormido, y después de echarlo a cara o cruz, sale
la puerta del búho. Entran muy despacito para no despertarlo se llamaba
Harry Potter, al menos eso ponía en la placa de la puerta.
Ya llevaban tres horas caminando y seguían sin encontrar a sus profesores,
de repente caen en un agujero, era como un tobogán larguísimo no se veía el
final, ven un arco iris y entran al maravilloso mundo de los helados y los
dulces.
Todo flotaba entre nubes de azúcar, olía a caramelo, a chocolate; Bereguet
dice- ¡Que hambre tengo! Le suenan las tripas, Lomesgana y Alba no se como
puedes tener hambre si aún no hemos encontrado a Teodora ni a Bernardo.
¡Ohhhhhhhh! es que huele más bien, ¡Me encantan los helados, dulces!,
¡Uffffffffff ¡ yo me quedo aquí una semana y no veas me pongo morado.
-Déjate de soñar y vamos a seguir buscando.
Brillito dice- ¡Vamos a ir al Castillo! A lo mejor allí saben donde están
vuestros profesores, vale seguiremos caminando pero iremos comiendo algo por el
camino, tres helados, golosinas, algodones de azúcar, manzanas de caramelo y
muchas cosas más, ¡Vale Glotón! -Dice Alba.
Creo que ya estamos más cerca de Bernardo y Teodora dice-Brillito, que los
percibía con su olfato,- Dice Alba, ¡bien! así podremos irnos a casa a
descansar que con todo esto sin descanso nos hemos quedado, pues ya sabes se
van ustedes yo me quedo aquí, por y para siempre –Dice Bereguet……………
CAPÍTULO 17 YAIZA
Como no había profesores ni nadie que les observaran, comieron golosinas
hasta más no poder. Regalices, chocolates, helados, caramelos… Estaban hartos
de tanto masticar y lo que les apetecía era un gran vaso de agua fresca, pero
por más que miraban por allí no había nada con que refrescarse.
Brillito les indicó que más adelante, siguiendo el camino que iba hacia la
loma, podrían encontrar un sitio donde saciar su sed. Se despidieron de la
dulce hada y pusieron rumbo a donde les había indicado.
Después de dos horas de marcha, con la garganta seca y con un calor
insoportable, vieron a lo lejos un inmenso árbol y junto a él dos grandiosas
puertas.
Llegaron, se pusieron a la sombra y vieron como en las puertas había unas
inscripciones. En la de la izquierda que era azul decía “Fuente de los sueños”
y en la de la derecha que era amarilla “Silbidos milagrosos”.
Alba, Bereguet y Lomesgana querían ir donde hubiese agua, pero no estaban
seguros de cual sería el camino correcto. Sabían que las cosas nunca eran lo
que parecían.
Decidieron hacerlo como siempre, lanzando una moneda al aire. Si salía cara
irían por la puerta azul y si salía cruz por la puerta amarilla.
Bereguet lanzó la moneda y salió cruz. Decididos se acercaron a la puerta
que les había tocado cuando sin esperarlo apareció un búho.
-¡Antes de entrar ahí me lo pensaría dos veces!- Dijo el búho mirándolos
fijamente.
¿Quién eres? Preguntó Lomesgana.
-Soy Owa, el cuidador de las puertas y quiero deciros que no todos pueden
entrar al mundo de los silbidos milagrosos.
¿Porqué? Preguntó Alba.
-Porque si no sois capaces de silbar como os diga la Encantadora de sonidos
jamás podréis salir de ahí.
-Os quedareis en un mundo donde todo está oscuro y solo se escuchan voces
murmurantes que hablan de cosas feas de vosotros, que os dicen que hagáis lo
que no debáis y donde no volveréis a ver nunca más a vuestros amigos y
familiares.
Los tres se miraron atónitos ante lo que escuchaban.
Decidieron cambiar de puerta y preguntaron a Owa que se escondía tras
la puerta azul, a lo que el búho respondió que no podía contarlo pero que
encontrarían parte de lo que buscaban.
Alba, Bereguet y Lomesgana le dieron las gracias a la rapaz y traspasaron
la puerta izquierda.
Al principio todo estaba oscuro, pero poco a poco los ojos de los niños se
acostumbraron a la poca luz. Vieron una pequeña fuente de donde manaba agua.
Los tres sin pensarlo se acercaron y no levantaron la cabeza hasta que saciaron
su sed.
Empezaron a sentir somnolencia, los párpados les pesaban y el sueño se
apoderó de ellos.
Bereguet se quedó asombrado cuando vio que había como una gran cripta.
Rápidamente llamó a Alba y Lomesgana e inspeccionaron el lugar. Al parecer se
trataba de una cámara funeraria, tal y como ellos la habían visto en algún
libro de ciencias.
Lomesgana se fijó en una inscripción
Intentaba hacer memoria de donde había visto esa imagen y entonces recordó
que su padre se lo había enseñado en un libro que trataba de faraones,
-¡Ya lo tengo, se trata de Nefertari!
-Pero como va a ser Nefertari, eso querría decir que nos encontramos en Egipto.
Contestó Alba.
Lomesgana contó que ella había leído que Nefertari había sido la mujer de
Ramses II y que la llamaban Amada de Mut.
-¡Estamos en el Valle de las Reinas, en el corazón de Egipto! Dijo
Bereguet.
En ese mismo instante empezaron a escuchar unas voces. Voces que les eran
conocidas. Parecían las de Teodora y Bernardo.
Lomesgana pensó ¡Estamos despiertos o aún estamos dormidos!
CAPITULO 18: BORJA
Entonces escuchó un ruido, como de un pasadizo. Al fondo de éste
había dos puertas, en una había una flor y en la otra había un zombie. Entonces
no lo lanzaron a cara o cruz, ya lo tenían todo decidido. Al entrar fuimos por
un sitio muy oscuro y había un tablero en el que ponía que las dos puertas no
era lo que el dibujo parecía, los dibujos estaban mal colocados. Entonces un
zombie mordió a Alba, Alba estaba a punto de ser convertida en un zombie. Deciden
ir por un pasadizo que los llevó ante un mago, el mago les propuso que si
quería ver a sus profesores y que Alba no se convirtiera en un zombie, tenía
que ganarle en una competición de comer. Bereguet se apuntó hacer el reto. Alba
y Lomesgana no pararon de traer dulces para que Bereguet se los comiera. Cuando
los dos ya no podían comer más, Bereguet aguantó mucho más que el mago, porque él
quería que sus profesores estuvieran con ellos y que Alba se recuperara de la
infección.
Entonces el mago honrado hizo cumplir el reto que él había puesto.
Cuando vieron a sus profesores se emocionaron muchísimo porque hacía tiempo que no los veían.
El mago los envió a otro mundo. ¡Eran extraterrestres¡ que
sabían hablar el idioma de las personas, se hicieron amigos de muchos
extraterrestres. En ese mundo no había atmósfera, sino que los marcianos eran
tan inteligentes que habían construido un campo protector para que no habitaran
ese planeta. Pero atento, tenían casas tan duras como si a lo mejor entraran en
ese planeta, aunque fueran rayos fulminadores, las casas no se romperían.
Entonces se encontraron una cueva, en esa cueva habían dos
puertas, una con el número 10 y en la otra el número 20 y la cara de la moneda
era el 10 y la cruz el 20, entonces salió cruz y fueron por la puerta 20 y
nadie sabría lo que les esperaría detrás de aquella nueva puerta.