martes, 3 de enero de 2012

El Cuento de 5º D CAPÍTULO 10 LISETTE

El Cuento de 5º D
Como todos saben, los alumnos y alumnas de nuestro nivel (todos los quintos) están participando en una bonita experiencia que consiste en la elaboración de una pequeña historia o cuento, la cual tenemos la intención de publicar en formato libro.

La actividad consiste en que partiendo cada uno de los quintos de un mismo capítulo inicial, cada curso, de manera independiente elaborará el resto de su historia. Cada alumno aportará su granito de arena ( un capítulo) lo cual dará como resultado historias paralelas pero diferentes.

Nuestra historia actualmente cuanta con 8 capítulos, y les puedo adelantar que la experiencia está siendo muy positiva. 
Les adelanto estos ocho capítulos para que puedan disfrutar.


CAPÍTULO Nº 1
A las siete en punto de la mañana entró en el edificio del colegio la directora, Teodora Martínez. Nadie podía imaginarse lo que había ocurrido esa noche en el colegio. Después de colgar su abrigo en el armario, partió a hacer la ronda por el edificio. Todas las mañanas abría primero la puerta de la planta baja y luego la de la primera planta. Era el 26 de octubre, próximo a la fiesta de Halloween. Acababa justo de pasar por la penúltima clase de la primera planta cuando se detuvo en seco. Extrañada, arrugó su frente y se tocó el pelo. Con cuidado pegó la oreja a la puerta. No se había equivocado. De la clase salían ruidos…
Teodora, que nunca había sido muy valiente, reunió fuerzas para entrar.
Puso con cuidado su mano derecha en el tirador de la puerta y con mucha suavidad la empujó. Podía oír el latido de su propio corazón ¡pum, pum, pum…!
Entró y vio en el centro del aula como una compuerta que jamás había visto anteriormente. Trató de recordar la cantidad de veces que había estado en esa misma aula y nunca había visto nada parecido.
Muy lentamente inspeccionó el aula. Estaba toda manchada de sangre, desordenada, muebles rodados, libros por los suelos…
Entre el caos y el estupor, pudo entreoír un ligero llanto y además como una llamada de socorro justo debajo de la mesa principal. Se acercó lentamente y vio a Bernardo, su compañero de matemáticas. Estaba cubierto de sangre, cortes y cicatrices.
Bernardo no dejaba de señalar la compuerta y finalmente dijo:
_ ¡Por ahí! señalando la compuerta.
Ambos horrorizados, decidieron bajar.
Encontraron muchos pasadizos pero escogieron el primero de ellos para avanzar.
 
CAPÍTULO Nº 2       NATASHA
A los lados del pasadizo colgaban antorchas que iluminaban el camino. Teodora decidió coger una y su compañero Bernardo la imitó, comenzaron a caminar y a medida que avanzaban pequeños seres se movían entre sus píes, eran enanitos de color azul - ¿qué es esto? – Preguntó Bernardo – parecen minipitufos – se les subían por las piernas haciéndoles muchas cosquillas, y enredándose en ellas, lo hacían tambalearse - ¡Que monos! – Dijo Teodora y acercó su antorcha para verlos más de cerca, Teodora pensó que era imposible pero ya los había visto antes ¡En el libro de ciencias!- gritó.
-¡Bernardo!, ¡corre, corre! Estos enanos tienen unos colmillos enormes, te chuparan toda la sangre, y te convertirán en piedra.
Teodora por primera vez deseó que su libro de ciencias estuviera equivocado.
Corrieron como alma que se lleva el diablo buscando una salida a ese pasadizo.
En su huida tan desesperada, perdieron las antorchas, se tropezaban con los malditos enanos, los hicieron caer, una y otra vez y algún que otro pegote azul dejaron estampado en las paredes.
Cuando ya casi no les quedaba aliento alguno para continuar, Teodora vio una luz a lo lejos, le grito a Bernardo. – ¡Corre, ya veo la salida!-.
-¿Qué pone ahí arriba?- gritó Bernardo.
-¡Está muy lejos, no lo puedo leer!, le dijo Teodora.
Arriba, en lo alto del túnel, ponía. “Salida del Túnel de la Fantasía”.
 
CAPÍTULO Nº 3      ADRIÁN
Teodora y Bernardo  salieron  del Túnel de Fantasía, imaginan que les llevará de  regreso a la penúltima clase de  la primera planta, donde comenzaron sus pesadillas.
Después de un buen rato caminando, Teodora  se detiene un segundo, “está temblorosa “, mira con cara de preocupación a su alrededor. La estatua que tiene a su izquierda, azul, con forma de diablillo, no es la primera vez que la ve, antes pasó por delante de una igual.
Teodora dice:
¡Ay!! Bernardo, creo que estamos en un laberinto.
Bernardo no contesta, Teodora extrañada se da la vuelta y da un grito,
-     ¡AAAHHH!!!!!!,- ve como Bernardo se está poniendo azul, peludo y con los ojos sangrientos.
Teodora tiene mucho miedo, pero le  mira a los ojos y pregunta;
¿Bernardo que te está pasando?
Bernardo  mira  asustado sus manos peludas, que parecen garras de…, después mira la cara de terror de Teodora.
Teodora le dice:
 - Esto es culpa de los minipitufos, yo tenía razón, son malignos y peligrosos,  te han contagiado un virus mostrouso.
Teodora una vez más, mira asustada a Bernardo, y  decide salir corriendo, cuando tan solo había recorrido un metro, se para y piensa, “es mi amigo, no puedo dejarlo solo”.
Teodora llama a Bernardo y entre los dos deciden ir en busca de un antídoto.
Unos metros mas adelante, se encuentran con un cartel que pone:
Si a la derecha vas, aventuras tendrás y si a la izquierda giras, nunca saldrás de Fantasía.

CAPÍTULO Nº 4      SABINO
Teodora y Bernardo no dudaron en dirigirse a la derecha.
Después de caminar unos cuantos metros divisaron una luz a lo lejos.
Teodora le dijo a Bernardo con voz temblorosa;
Iremos con cuidado, pues este silencio no me gusta.
A lo que Bernardo le contesto;
- Espero que encontremos una cura para volver a tener mi aspecto, ya que sino me quedaré soltero.
- ¡Ja ja ja! - rieron en silencio.
Llegaron a una caverna enorme, sus paredes desprendían luz propia, y de ellas asomaban todo tipo de estatuas, unas grandes que de sus ojos desprendían una luz roja y otras más pequeñas que por sus bocas salían unas llamaradas de fuego continuas.
Cuando habían visualizado toda la caverna, se dieron cuenta que en la parte más profunda de ella había un Mago y detrás de él dos puertas de colores.
El Mago les pedía con sus manos que se acercaran, Teodora y Bernardo se miraron, estaban sudorosos, aunque con gran temor no dudaron en acercarse.
El Mago una vez que los tuvo de frente y los había observado de arriba abajo, les preguntó,
-  ¿qué hacéis aquí?, ¿qué queréis?-
- Queremos una cura para mi amigo-  contestó Teodora.
A lo que el Mago les contesta;
-      Si una cura queréis un favor me haréis.-
-      ¡Decidme¡ ¡Decidme¡- Dijo Bernardo un poco exaltado. 
- Lo que quiero es deshacerme de esos malditos minipitufos azules, poco a poco se están acercando a mi caverna y  yo no puedo salir de aquí, perdería todos mis poderes, lo tenéis que hacer por mi.
- ¿Cómo lo haremos?- Dijo Bernardo, - si son muchos y diabólicos.-
- Yo no quiero que mi amiga Teodora se contagie de este virus monstruoso.
El Mago muy tranquilo se dirige hacia ellos y les dice:
- Coged estas espadas, son pesadas pero tienen una magia interior, con ellas, os será más fácil eliminarlos.
Teodora y Bernardo se armaron de valor, retrocedieron  el camino recorrido y a mitad de este ya estaban aquellos malditos minipitufos, más cerca de lo que esperaban.
Lucharon con todas sus fuerzas, las espadas una vez que las alzabas desprendían una fuerza sobrenatural.
Fue una masacre, cabezas, piernas y brazos azules por todos lados, pero ellos no se rindieron hasta eliminarlos a todos pues la recompensa lo valía.
Una vez acabado el trabajo Bernardo y Teodora se dirigieron a la caverna del Mago.
 Mientras caminaban hacia él, Bernardo empezó a sentir un escalofrío por todo el cuerpo.
Su aspecto empezó a ser el de siempre, estaba emocionado, contento por volver a ser el de siempre y Teodora no le podía quitar los ojos de encima.
Sin darse cuenta ya estaban delante del Mago.
Bernardo y Teodora le comunicaron que ya habían eliminado a todos los minipitufos, a lo que el Mago asintió con la cabeza y dijo
- Por eso tú, Bernardo, has vuelto a tener tu aspecto de siempre.
- Seguidamente El Mago les dijo:
Si queréis salir de aquí, una de esas dos puertas de colores habréis de elegir.
 
CAPÍTULO Nº 5      ADRIANA
La primera de las puertas, la  de color verde con un trébol de cuatro hojas. Y la otra era amarilla con un inmenso trece. Y un cartel donde decía “Las apariencias engañan”.
Teodora y Bernardo se miraron extrañados y se dijeron, ahora cuál elegimos para salir de esta pesadilla.
Teodora dijo – tenemos que resolver este enigma ¿pero cómo? Y Bernardo pensó en voz alta, - si el trébol  ha sido siempre un símbolo mágico protector y de buena suerte…y el trece según los Maya, para atraer la mala suerte, casi la muerte…,” es difícil la elección”.  Teniendo en cuenta  lo que dice el cartel.
Entonces los dos dijeron a la vez: ¡que lo decida el azar!
Teodora dijo – si es cara, la verde. Bernardo – a sintió.
Cuando se disponían a lanzar la moneda al aire, los dos se miraron esperando que la suerte estuviera de su lado y Teodora dijo –espero que esta aventura se termine aquí.
Y se hizo el silencio como si de una tumba se tratase y de repente plas…! el sonido de la moneda chocando con el suelo, su destino estaba decidido.
Había salido cara, entonces Bernardo agarro el pomo de la puerta y los giro un poco, le hizo falta un poco de fuerza, para poder abrirla, ya que llevaba demasiado tiempo sin usarse, su chirriante sonido era ensordecedor. Y se abrió,  les envolvió un aire fresco venia de una especie de jardín lleno de plantas.  Un pajarillo los recibió revoloteándoles sobre sus cabezas.
Teodora dijo – que paisaje más hermoso pero no hemos llegado a la clase, tal vez esté detrás de este camino. Y Bernardo asintió con la cabeza.  Y dijo – Abrá que descubrirlo.


Y se pusieron en marcha.
Había plantas muy parecidas a las que ella antes había visto, en su libro de ciencias.
Al caminar por una especie de sendero lleno de piedras de diversos colores, se dieron cuenta de que aquel pajarillo que los había recibido al entrar, los seguía, cuando de repente zass…!
Una de las plantas exóticas que Teodora había reconocido de su libro de ciencias parecía como si creciera por momentos  y de su tallo salían una ramificaciones  como brazos, y repente una de estas, atrapo al pájaro y este desapareció.
Los dos dijeron  - corre, corre, son plantas carnívoras, tenemos que encontrar la salida.
Corrían sin mirar a otras plantas por miedo que les pasara lo mismo.
Avanzaron mucho pero parecía como si siempre volvieran al mismo sitio. En una de las zonas donde había menos vegetación se pararon. Y recuperando el aliento,  bajo sus pies sintieron que algo les impulsaba hacia abajo eran arenas movedizas, que lentamente los estaban……………………………

CAPÍTULO Nº 6    EYERUS
Mientras todo esto ocurría,  en el colegio empezaba una nueva jornada escolar. 
Ese día no había clase en “el aula encantada”, pero dos hermanos, que pasaban cerca, escucharon los ruidos de su interior.
Bereguet y Lomesgana decidieron entrar, a pesar de que estaban algo asustados.
Al abrir la puerta del aula vieron la extraña compuerta que nunca antes habían observado. Estaba medio abierta, así que, sin más, la traspasaron.
Una vez en su interior, los extraños ruidos continuaban…
-      Bereguet, ¿a ti no te parece esto muy raro? – preguntó Lomesgana.
-      Sí, Lomesgana, pero continuemos a ver adónde nos lleva.
-      De acuerdo. ¡Parece que estemos en uno de nuestros videojuegos! ¡Es muy emocionante!
Los dos hermanos recorrieron el estrecho pasillo que finalmente los condujo al lugar en el que estaban atrapados la directora y el profesor de matemáticas.
-      ¡Socorro, ayuda!- gritaban Teodora y Bernardo.
¡Qué alivio sintieron cuando vieron aparecer a los dos muchachos!
Bereguet y Lomesgana, asombrados ante la visión de sus profesores hundidos en una especie de pantano, se dirigieron rápidamente para ayudarlos.
-No podemos acercarnos demasiado a ellos, pues acabaríamos igualmente tragados por las arenas movedizas. Necesitamos algo para que se sujeten- sugirió Lomesgana.
Así que los dos chicos empezaron a buscar entre el jardín algún palo. Al cabo de unos minutos, Bereguet encontró uno lo suficientemente largo y ancho para sujetar a los profesores.
Tras conseguir sacarlos, las preguntas de los chicos se sucedieron sin parar, aún sorprendidos por todo lo acontecido.
Los profesores,  intentando recobrar el aliento y superar el susto, no eran capaces de articular palabra,-¿estaremos soñando?-pensaban ambos sin dar crédito a todo lo vivido.
Mientras intentaban recuperarse, apareció una figura angelical con rostro infantil que les propuso un nuevo reto para salir de aquel lugar:
-Si de aquí queréis salir otra puerta debéis elegir- dijo el ángel señalando dos nuevas puertas, de colores rosa y rojo y desapareciendo a continuación.
- ¡Esto debe de ser una pesadilla!-exclamó la directora-Voy a cerrar los ojos y contar hasta diez a ver si desaparece.
1, 2, 3…
Pero no fue así, y cuando abrió los ojos observó como ya los chicos y Bernardo estaban discutiendo sobre qué puerta elegir.
Lomesgana sugería la rosa, creía que el rojo iba ligado al mal, mientras que Bernardo y Bereget pensaban que el rosa suponía seguir la fantasía.
Así que, finalmente, deciden echarlo nuevamente a cara o cruz, de forma que si sale cara abrirán la puerta rosa.
Tras lanzar la moneda, y cuando ya se disponían a abrir la puerta roja surgió de esta un duendecillo que no paraba de bailar como un loco y de gritar ¡me habéis liberado!...



CAPÍTULO Nº 7   JORGE
El duende les pregunta que si querían salir de aquel infierno, ellos asintieron sin mirar atrás, pero el duende les dijo:
-Si de aquí queréis salir por aquí deberéis seguir, pero si el misterio queréis descubrir otra puerta tendréis que elegir-.
Teodora y los demás escogen la puerta que el duende les indicó, llegaron a la entrada de la compuerta donde todo empezó, allí se encuentran con Alba la curiosa, los cinco le preguntaron que  cómo había llegado hasta ahí y ella a su vez les pregunto qué hacían en aquel extraño lugar, Bernardo le explicó lo ocurrido.
Recordando lo que les dijo el duende, decidieron escoger otra de las tres puertas iniciales para resolver el misterio de “La clase encantada”, podían escoger una con una calavera o una con un corazón, entonces recordaron lo que les dijo el mago “Las apariencias engañan” así que decidieron escoger la de la calavera.
Llegaron a una llanura con un solo árbol, era un peral, pero era un peral encantado.
-¡Habla! - grito Alba.
Los cinco huyeron despavoridos cuando de repente el peral les lanza una de sus veintidós peras somníferas. Los cinco cayeron en un profundo sueño; Teodora sueña con salir de ese tenebroso lugar, Bernardo con operaciones como de costumbre, los dos hermanos con vivir más aventuras, y Alba con que Bernardo no marque más divisiones  difíciles.
Al despertar estaban en un pasillo ensangrentado hasta los topes, vieron cadáveres petrificados y se encontraron con muchas serpientes. Teodora y los niños se dieron cuenta de que era la mitológica Medusa (quien con apariencia de sirena y serpientes por pelo, tenía el poder de convertir en piedra a todo aquel que se atreviera a mirarla) la cual la habían visto en su libro de ciencias, tuvieron que correr durante media hora. Los cinco estaban muertos de cansancio, cuando de repente, Alba mira para atrás y se convierte en piedra. Teodora y las hermanas consiguen transportar a Alba hasta el final del túnel, donde había una de las serpientes de medusa que les hizo la promesa de ayudar a Alba si ellos la devolvían con su ama Medusa. Teodora le dijo que era imposible porque medusa los petrificaría, la serpiente les dijo si os ponéis estas gafas mágicas no os podrá petrificar. Los seis volvieron hasta donde estaba Medusa y devolvieron a la serpiente con su ama, Alba volvió a ser normal y los cinco siguieron su camino y se encontraron con dos puertas más, una de color dorado y otra de color negro. De nuevo lanzaron una moneda al aire de modo que si salía cara irían por la puerta dorada y salió…    
                                                               
CAPÍTULO Nº 8  GUILLE
¡CRUZ …… Jooh…!la puerta NEGRA…!
Sin decir nada, todos pensaron: “No puede ser peor que todo lo que hemos pasado ya…..”.
- Todos detrás de mí…. Y con cuidado… - dijo Teodora.
Nada más abrir la puerta se quedaron boquiabiertos. No podían dar crédito a lo que veían…
El paisaje enfrente de ellos era alucinante, a un lado se divisaba numerosas casas, chozas, muchas de ellas iluminadas de forma rudimentaria, con antorchas y velas, y al otro lado se extendían grandes llanuras con numerosos árboles y un precioso río, nada caudaloso, del cuál se aprovecharon todos para beber.
Teodora hizo un gesto y todos se detuvieron en seco.
- Yo la probaré primero, quiero comprobar si es potable.
Introdujo las dos manos en el río y las llenó de agua, bebió un sorbo y dijo: “ ¡Está estupenda ….!
Y todos se apresuraron a beber también.

Tras saciar su sed, decidieron emprender la marcha hacia el enorme poblado por un sendero que parecía haber sido transitado anteriormente.
Se respiraba tranquilidad en el ambiente, y eso, al menos, transmitía al grupo la certeza de que al menos esta vez habian tenido suerte en la elección de la última puerta que habían cruzado.
De repente un ruido rompió el silencio reinante, todos se miraron unos a otros tratando de averiguar de dónde provenia…
- ¿Qué es ese sonido? – preguntó Bernardo…
- No sé exactamente – respondió Teodora – no sabría decirlo, pero se trata de un sonido un tanto familiar para mí…
- ¡Mirad,- gritó Lomesgana, allí …. Es una caravana de camellos…
Teodora  agitó en alto sus brazos a la vez que gritaba -“Eooooo… Aquíííí …”
El hombre que montaba el primer camello giró su cabeza y vió a nuestros amigos. Hizo un gesto hacia otro, que caminaba a su lado a pie y que llevaba el camello con una especie de correa, y la comitiva se detuvo.
Teodora y los demás corrieron, llegando justo hasta la caravana de camellos.
- ¡ Qué gente más extraña¡- dijo Bereguet, no debemos fiarnos de ellos …
- Debemos estar en África o en alguna parte de Oriente, he visto esas vestimentas en  mi libro de Ciencias … dijo Teodora, quien tomando la iniciativa dijo:
- ¡Hola, somos amigos … ¿Hablan nuestro idioma?-
- Por supuesto… contestó uno de los hombres que montaban en camello. Se trataba de un señor mayor, pelirrojo, llevaba un turbante en su cabeza y tenía una poblada barba que llevaba tiempo sin cortarse.
- Me llamo Gaspár- dijo, - y estos son mis amigos Melchor y Baltasar… ¿quiénes sois vosotros?, ¿de dónde habéis sacado esas ropas tan extrañas?, ¿de qué aldea venís?-
Teodora exaltada por lo que estaba viendo y por lo que sus oídos acababan de escuchar, mirando a sus amigos les dijo en voz baja: - ¡Se trata nada más y nada menos que de Los Reyes Magos…!
- Verá Señor Gaspár, mi nombre es Teodora, y estos son Bernardo, los hermanos Bereguet y Lomesgana y la pequeña se llama Alba. Lo que nos ha ocurrido tiene una muy difícil explicación, pero si nos dan ocasión, estaremos encantados de contárselo a ustedes…
- Nos dirjimos a Belén, pero esta noche dormiremos en esa aldea de allí llamada Nazaret – dijo Melchor – Estaríamos encantados de que fueráis nuestros huéspedes y así poder escuchar esa maravillosa historia vuestra… ¿Qué dices tú amigo Baltasar?, ¿Los llevamos con nosotros?
- Por supuesto- contestó con voz grave un enorme Señor de raza negra, cuyo aspecto era de una mezcla de fortaleza y elegancia a partes iguales.
Bernardo le susurró a Teodora: - Nunca he echado en falta tanto mi móvil como en este momento… nadie nos va a creer cuando lo contemos ….
Los cinco montaron a lomos de los camellos, no sin la ayuda de los hombres que iban a pie, que obligaron a los animales a doblar su patas y sentarse en el suelo para que nuestros amigos pudieran subir con más facilidad, sobre unos fardos cargados de mercaderías.
Una vez acomodados, el grupo al completo puso rumbo a  Nazaret

CAPÍTULO Nº 9 YEROVER
Para llegar a Nazaret, tenían que seguir a una estrella por el camino. Cuando llegaron  al  pueblo de Nazaret  vieron muchos mercadillos de fruta, verdura, sábanas, alfombras, etc.
Melchor tenía un amigo allí, les dejó dejar los camellos con la mercadería en su establo,  y a ellos los dejó dormir en su casa.
 Él se llama Alberto y tiene una mujer y un hijo que se llaman Moria y René. Al siguiente día se despertaron, se prepararon  y cogieron los camellos para continuar su camino, pero antes  de irse se despidieron de ellos.
-¡Tardaron tres días en llegar a Belén!
Allí, los Reyes Magos tenían que entregar unas ofrendas al anochecer al niño Jesús, y a su vez les acompañaron Bernardo, Teodora, Lomesgana, Bereguet y Alba.
Los tres reyes se quedaron en Belén, acompañando  al niño Jesús, y los demás continuarían el camino.
Antes de marchar se dieron cuenta que detrás del pesebre habían dos puertas. Una con una gran campana negra y la otra una estrella, otra vez lo decidieron a cara o cruz, lanzaron la moneda de modo que si salía cara sería la puerta de la estrella y si salía cruz pues la puerta de la gran campana negra, tiraron la moneda  y salió cara, ¡bien la estrella! exclamaron los cinco, ya que a todos les parecía mejor la puerta de la estrella.
Tras pasar la puerta notaron como si hubiesen sido transportados en el tiempo.
 Llegaron a un lugar donde ya no existía el mal, todo era bueno, divertido, las personas se trataban entre ellas muy bien, les parecía un lugar mágico, ya que era difícil encontrar un lugar donde las personas se comportaran así.
Una de las personas que allí vivía se acercó a ellos y les preguntó quienes eran, y cual era la causa por  la que estaban tan sorprendidos, ellos le contestaron que de dónde venían, la gente solían tener conflictos, y a veces no eran tan buenas como aquí.
Como ya se acercaba la noche, y no conocían a nadie le preguntaron al señor donde podían alojarse. Como era un lugar donde la gente era muy amable, pues el señor que se llamaba Jacobo les ofreció cobijo en su casa. Al llegar a la casa de Jacobo, se fijaron que detrás de la casa había una luz muy intensa.
Cuando terminaron de cenar, la curiosidad les hizo ir a mirar que era lo que tanto alumbraba. Una vez cerca de esa luz tan intensa, pudieron ver que era una lámpara muy extraña con una forma nunca jamás vista, se quedaron perplejos ya que a lo que iluminaba esa lámpara era a una flor muy bonita.
Iban a tocarla, pero antes de que lo hicieran llegó Jacobo y les grito ¡quietos ¡ no la toquéis es una flor muy especial, es la flor de la bondad, gracias a ella este lugar  es como ustedes ven, si la tocan pierde su fuerza y entonces el pueblo se convierte en un pueblo como el vuestro, sin amor, sin ayuda a los demás, y sería el caos.
Curiosos con esa flor, le preguntaron a Jacobo que si podrían conseguir una flor igual para llevársela ellos a su mundo, pero les contesto que eso no podía ser, ya que era la única que existe.
Ellos se quedaron tristes ya que les gustaría poder llevarla para que su mundo fuera igual de bueno que este. 

CAPÍTULO Nº 10 NEREA
Volvieron a la casa, se despidieron de Jacobo y fueron a una habitación que la mujer de Jacobo les había preparado.
Dormían plácidamente por el cansancio y la locura de lo ocurrido hasta que despuntando el alba les despertó un gran albedrío. Con una patada abrieron la puerta, se quedó colgando de una sola bisagra, los cinco se sobresaltaron y dando un brinco se quedaron  sentados en la cama, con el corazón saliéndose de la boca.
Jacobo entró como una exhalación  dando voces. ¡¡¡ Levantad ya, lo pagareis!!! Gritaba sin parar. Casi sin poder ni vestirse y a empujones los sacaron a la calle, donde los esperaba mucha gente, vamos, todo el pueblo.
Gritaban insultos, que les hicieran esto, que les cortaran lo otro, no entendían nada y cuanto más preguntaban más cosas les decían. Portaban palos, horcas y otros objetos que mejor no pensar que se podrían hacer con ellos.
A trompicones los llevaron a los cinco a la plaza del pueblo, Teodora y Bernardo tapaban como podían los golpes y empujones que la muchedumbre les lanzaba, a ellos y sobre todo, a los muchachos.
Por fin Bernardo reunió un poco de valor y se enfrentó al gentío, ¡¡¡ Por qué nos hacéis esto, no os hemos hecho nada, escuchad un momento!!! A lo que le contestaron dándole un puñetazo en la cara y el pobre Bernardo dio con sus huesos en el suelo. De un puntapié Jacobo que iba detrás lo levantó y siguió empujándolos.
En medio de la plaza la gente había dejado un claro al cual dirigían a los cinco.
Teodora y Bernardo por los flancos, dejando a los muchachos que lloraban desconsoladamente en el centro, llegaron por fin al centro la plaza.
Jacobo salió de entre la muchedumbre enfurecida y con voz amenazante dijo:
-Por qué nos pagáis así, ¿no nos hemos portado bien con vosotros?
Teodora respondió con voz temblorosa:
-No sabemos qué ha pasado, de verdad, si nos cuentas algo podremos llegar a la solución, estas no son maneras y menos a los muchachos.
Jacobo dijo:
-Alguno de vosotros o de esos niñatos habéis intentado llevaros la flor que nos protegía, y tal como os dije ayer, la  habéis destruido.
Bernardo dio un paso adelante y con voz altiva dijo:
-Ninguno de nosotros hemos hecho nada, y mirando a los muchachos añadió, -verdad muchachos, decídselo a todos ¿verdad que no habéis hecho eso?.
Lomesgana palideció entre sollozos en ese mismo instante. Como decírselo a todos que fue con buena intención, pensó para sí misma. Como contarlo sin que toda esta gente no nos apaleen en este momento. Lloraba y lloraba pero no se podía ni mover del miedo que paralizaba su cuerpo.
De repente Alba dio un grito de horror que recorrió el cuerpo de todos los asistentes en la plaza. Una piedra había alcanzado la cabeza de Beregut, el cual había caído como un saco de papas al suelo, inconsciente. Teodora corrió como un rayo a recogerlo en lo que la plaza se hizo un silencio total cuando por harte de magia   apareció en lo alto de las cinco una luz muy brillante que fue descendiendo y envolviendo a los asustados extranjeros.
Todo fue muy rápido, la luz era cegadora, pero a su vez cálida y calmada, los cuatro se miraban entre ellos atónitos de la nueva situación pero temerosos de donde estarían nuevamente. Realmente no estaban en ningún lado puesto que parecía que estuvieran suspendidos en el aire pero pisaban un suelo invisible.
Poco a poco Bereguet fue recobrando la consciencia y empezaron a preguntarse entre ellos que es lo que había sucedido, todos no, había alguien que se había separado un poco del grupo y de rodillas decía sin parar:
-Fue sin querer, Fue sin querer, yo no quería.
Alba se acercó a Lomesgana y le preguntó sin miramientos:
-por qué dices eso, que has hecho, cuéntanoslo ya.
Bernardo intermedio entre los dos y añadió:
-Vamos a tranquilizarnos un poco y sopesar la situación.
Teodora se acercó a Lomesgana y le dijo con voz tranquilizadora:
-Me imagino que has tenido algo que ver pero lo hecho, hecho está, solo te pido que para la próxima vez espero que te estés quietecita o de lo contrario te pondré a barrer todo el colegio con un cepillo de dientes. Todos dibujaron una sonrisa en la boca. De repente una voz resonó en el espacio diciendo:
                    De lo hecho ya lo pagareis, de momento pasar por esa puerta.
En ese instante apareció una puerta.
Capítulo Nº 11 Malena
Teodora, Bernardo, Bereguet, Alba y Lomesgana atravesaron la puerta. Cuando se vieron a salvo en un  lugar insólito por la belleza que les rodeaba, no daban crédito. Aquello era un paraíso de belleza tal que parecía de cuento.
De repente del bolsillo del pantalón de Lomesgana se oyó una voz.
-¡Tengo sed, tengo sed!
Todos miraron a su alrededor pero no acertaban a entender lo habían oído. Lomesgana callaba.
La directora, Teodora, al verla sigilosa le preguntó:
-¿Qué pasa Lomesgana?
Lomesgana estaba asustada no dando crédito al susurro de voz que salía de su bolsillo:
-¡Tengo sed, tengo sed!
Bernardo dijo:
-¡Esa voz sale de tú pantalón Lomesgana!
Ésta se desplomó y sacando la flor que protegía al pueblo de Jacobo, se la mostró al resto.
La flor estaba como arrugada. Necesitaba agua para que volviese a ser como antes.
De repente, Bereguet y Alba, a la vez apuntaron:
¡Allí, allí hay una fuente!
Teodora y Bernardo apremiaron al resto del grupo para con rapidez acercarse a la fuente y así devolver a la vida a aquella flor que estaba sedienta y con riesgo de marchitarse para siempre.
Al llegar a la fuente, una niebla que parecía celestial la envolvía, así como al entorno. Era como un rayo de luz irresistible que perturbaba los ojos de todos.
Un pajarillo posado en una piedra junto al agua, en lugar de trinar, hablaba y de su pico se oía:
¡Esta es la fuente de la vida y del amor…y todo aquel que beba de su agua se convertirá en una persona mejor!
Teodora, Bernardo, Bereguet, Alba y Lomesgana quedaron impresionadas y, en lugar se ser ellos los primeros en beber, recordaron que quien más necesitada era la flor que se habían llevado y que estaba muy mustia.
Lomesgana, con un cuidado especial la extrajo de su bolsillo y, cuidadosamente, sujetada por su mano, la introdujo en la pequeña corriente de agua que manaba de la fuente.
La flor, al contacto con el líquido elemento, volvió a la vida en segundos, recobrando la belleza que portaba cuando Lomesgana la había robado y dijo:
-¡Soy la flor del amor y la bondad!
Fue cuando Teodora, apuntando a Lomesgana le dijo:
-¡Vas a limpiar todo el colegio con un cepillo de dientes por ladrona!
Bernardo intervino urgentemente:
-¡Tampoco se trata de eso Teodora. Si tenemos la flor del amor con nosotros, aún Lomesgana está a tiempo de reponerla en su sitio y así evitará el castigo al pueblo de Jacobo!
Bereguet y Alba, miraban a todas partes. Norte, Sur, Este y Oeste…pero no encontraban la puerta por la que habían entrado a aquel paraíso, dando la voz de alerta:
-¡La puerta ha desaparecido!... ¿y ahora qué haremos?
¿Será este el castigo que nos anunciaba la voz antes de entrar por ella? ¿Será que quieren que nos quedemos aquí para siempre? Y Alba dijo:
¡Pero si esto no tiene forma de castigo porque estamos en un paraíso!
Teodora daba la razón a los chicos pero fue cuando Bernardo exclamó de repente:
-¡Anda si el paraíso se ha convertido en un infierno! ¡Fijaros en la fuente!
De la fuente brotaba agua rojiza, con vapores que parecían nubes. De los árboles colgaban telas de araña. En el aire volaban aves enormes que parecían monstruos…
Todos estaban asustados menos Lomesgana que con su flor en la mano veía como relucía como si fuese un diamante.
Fue cuando el pajarillo de la piedra volvió a escena y posándose en la mano de Lomesgana trinó con voz humana:
-¡Lomesgana deberá arrepentirse de lo que hizo y la puerta aparecerá. Será entonces cuando podréis volver al pueblo de Jacobo!
Entre sollozos, Lomesgana, articulaba palabritas de arrepentimiento, soltando por sus ojos unas lágrimas de dolor por el mal que había hecho. Cuando la primera lágrima tocó el suelo, la puerta apareció…
Salieron los cinco por ella  y se encontraron ante un pueblo lleno de humo a su alrededor y fuego saliendo de algunas casas. Parecía como si el mal se hubiese apoderado del entorno. Gente corriendo, cristales de tiendas rotos, peleas, gritos…
Bernardo dijo:
-Lomesgana, ¿De dónde cogiste la flor?
Hay que reponerla en su lugar de origen urgentemente para que el pueblo vuelva a ser el pueblo del amor y la bondad.
¡Vamos!...


Capítulo Nº 12 Lisette
         
En medio de tanto humo y fuego, Bernardo divisó a lo lejos un resplandor que salía del suelo, todos corrieron hacia la luz. Al llegar se encontraron con un enorme agujero en el suelo.        Berequet grito:                                                                         
 -¡Vamos, corred todos, tenemos que saltar!                            Todos en orden fueron saltando, Bernardo esperó al final para saltar. El agujero no tenía mucha altura pero aun así se dieron un buen culazo.                                                                           Unos a otro se miraron y empezaron a reírse. Teodora dijo:          -¡Chicos, mirad!                                                                          
 Estaban en un pasillo, la oscuridad era tan grande que no se veía el final, pero ellos sabían que tenían que tener valor y regresar la preciosa flor. Caminado con miedo llegaron al final y no encontraron salida, solo tenían dos puertas.                                   Al abrir la primera que era de madera vieja, se llevaron un susto enorme, había un hombre sentado, era muy viejo y con una barba larga y blanca y solo estaba alumbrado por unas velas.
Se acercaron hasta él y notaron que irradiaba paz y sabiduría.                                                                                Dijo el hombre:                                                                        -No tengan temor inician un camino, tienen una misión por cumplir, usen su inteligencia, su fuerza y sobre todo tengan valor y verán que al final la flor llegara a su destino.   
   Teodora fue decidida hacia la siguiente puerta, era distinta de todas las que habían visto hasta ahora. Era brillante, estaba llena de purpurina y lentejuelas y desde fuera podían oír mucho ruido, parecían tambores.                                                                      Alba dijo:-¡Rápido entremos me gusta esta puerta, creo que detrás encontraremos mucha alegría!                                  
           La decidida niña abrió y cual fue su sorpresa, todo era luz, color, música y mucha alegría.                                                              Teodora rápidamente dijo:-¡Esto es el carnaval sin ninguna duda!                                    
Todos se quedaron mirándola como queriendo saber más. Ella empezó a contarles de que se trataba esa fiesta.                         
 Empezaron a caminar entre la multitud, todo el mundo iba vestido con alegres y coloridos trajes llenos de lentejuelas, todo era brillo y color.                                                                              Teodora, Bernardo y los niños fueron avanzando entre los payasos, princesas, piratas……                                                     
  De repente Bernardo paró en seco y dijo:                                                                                                                                        -¡Mirad allí. Qué mujer más hermosa parece una reina! Y dijo Teodora:                                                                                                                                                  - ¡Si ella es, es la reina del carnaval ¡  Todos caminaron hacia ella, era hermosa y su vestido también, medía mucho y también se veía que era muy pesado, brillaba más que ningún otro, realmente increíble.                                                                                                               Una vez delante de ella se presentaron y le contaron a la bella reina como habían llegado allí y cual era la misión que les traía de cabeza. 


Capítulo Nº 13 Iratxe
La reina del carnaval se llamaba Laura, les llevó a un sitio en donde se celebraban muchas actuaciones sobre el carnaval.
Entre esas actuaciones estaban, el concurso de murgas, el concurso de mascotas disfrazadas, también nos dio la sorpresa de presentarnos a una niña que se llamaba Sofía, era la reina del carnaval infantil, estábamos con las dos reinas del carnaval en el escenario. Era una sensación extraordinaria, Teodora le preguntó por la hermosa flor a Bernardo.
-No tengo la flor, me he despistado con la emoción de estar con las dos reinas.
Teodora dijo: -Hay que encontrarla, ¡ayudadme rápidamente! Laura y Sofía se pusieron a buscar la flor con todos nosotros. Había muchas mascaritas de todos los colores y muchos de ellos disfrazados de flor, estábamos tristes y asustados porque teníamos miedo a no poder encontrarla y terminar con la misión de salvar aquel pobre pueblecillo que estaba en nuestras manos. Había una señora disfrazada de gitana con una flor en la cabeza muy parecida a la nuestra, era de todos los colores y tan bonita que le brillaba en la cabeza, Bernardo fue corriendo hacia Teodora a decirle que mirara aquella señora. Bernardo y Teodora fueron corriendo hacia ella, al llegar vieron que no era la flor verdadera, pero muy parecida hasta en lo que brillaba. No servía para culminar la misión. Entonces cuando todo el mundo estaba triste apareció un señor vestido de payaso de entre la multitud, y les dijo que tenía algo que él creía que les iba a poner contentos.
 - ¡La flor! exclamó Bernardo.
- ¡Por favor! Exclamó Teodora, si, si la he encontrado en la escalera del escenario. Gracias, gracias decían todos y la felicidad se les veía en las caras, estaban contentos y felices porque ya podían terminar con la misión. Las dos reinas iban a enseñarles un atajo para llevar la flor a su destino. Y llegaron al pueblecillo. El atajo que usaron estaba lleno de todas clases de animales incluso algunos eran salvajes, de los cuales tenían que esconderse.
- Pasar por allí fue una aventura divertida y arriesgada, pero estábamos dispuestos a cualquier cosa con tal de llevar la flor a su destino y poder salvar al pueblo – dijeron.

Capítulo Nº.14 Guayasen
Y cuando llegaron les resultó muy difícil entrar en la casa donde estaba la flor, cuando salieron vieron al pueblo sin guerras y en paz .Los del pueblo le enseñaron dos caminos por donde volver al colegio. Estaba el camino azul y el rojo y lo eligieron a cara o a cruz, cara era el camino rojo y cruz el camino azul. Lanzaron la moneda y salió cara, fueron por el camino rojo y les llevó a un jardín muy bonito. Se encontraron con un viejo sabio y les preguntó -¿Qué hacéis por aquí? y ellos le contaron la historia de lo que les había pasado y como le dio lástima, les dio para elegir una de las dos pulseras mágicas. Cada pulsera les transportaba a un sitio distinto y eligieron la lila y los llevó a una finca abandonada y había una persona que los perseguía. Ellos se echaron a correr del miedo que les dio y el hombre les dijo- no os haré daño-
 Ellos siguieron corriendo hasta llegar a otro mundo y se quedaron impresionados Teodora preguntó -¿cómo pasamos de un mundo a otro? y contestó Bernardo -no lo sé, porque la verdad nunca había visto nada tan impresionante como lo que estoy viendo ahora mismo.- luego dijo Bereguet -ya sé, tengo una idea- contestaron los demás -¿Cuál?- Dijo Bereguet. -Podemos buscar a un mago para que nos saque de este mundo en el que nos hemos metido- y para los demás fue una buena idea. Entonces salieron en busca de un mago, fue muy complicado encontrar alguno porque ellos no conocían ese mundo. Finalmente de tanto buscar dieron con uno, pero ese mago les propuso un reto a cambio de sacarlos de allí. Entre ellos dijeron que si porque era la única oportunidad que tenía para salir de ese mundo Lomesgana preguntó -¿y cuál es el reto?- Y el mago respondió -que uno de vosotros haga una carrera conmigo- Dijo Alba -yo me ofrezco voluntaria- pues finalmente hicieron la carrera y la ganó Alba, entonces el mago cumplió lo que les había prometido que era sacarlos de ese mundo…

2 comentarios:

  1. Hola estos capitulos nos estan quedando bien tenemos que seguir asi.Estaba pensando que en un futuro podriamos ver nuestro libro en un libreria estaria bastante chulo.

    Adrián

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